El cardador o ciempiés se caracteriza por su gran número de patas.
Desde que nace hasta que muere, sufre una serie de mudas. En cada muda adquiere un nuevo segmento, con lo cual el animal se va alargando constantemente. Cada segmento tiene dos pares de patas.
Es muy lento, que vive en la oscuridad. Se esconde en la tierra o entre las piedras, de donde sale sólo por noche.
Se alimenta de vegetales y hojas secas, de las que roe las partes blandas.
Hay muchas especies de ciempiés, la mayor que se conoce puede llegar a medir 30 cm. De longitud. Cuando se asusta se enrolla en espiral. También utiliza como medio de defensa un líquido ocre, cáustico y venenoso, que segrega por unas glándulas especiales.
Aunque la palabra ciempiés significa literariamente “100 pies”, la mayoría de los ciempiés no tienen 100 patas. El número de patas que tiene un ciempiés depende del número de segmentos que componen su cuerpo y estos números varían según la especie. Los ciempiés tienen un par de patas en cada segmento y dos pares en cada uno de los dos últimos segmentos.
Un ciempiés adulto completamente dotado puede tener entre 15 y 177 pares de patas
Los ciempiés detectan a sus presas mediante el uso de sus antenas, las cuales están cubiertas con pelos densos. Su presa es inmovilizada por el veneno inyectado a través de los colmillos maxilípedos. Las presas son pasadas a la boca por los maxilares primero y segundo y luego devoradas por las mandíbulas.
La mayoría de los ciempiés son carnívoros y sus presas son insectos de cuerpo blando, arañas, gusanos y otros artrópodos, incluyendo otros ciempiés. Sin embargo, el ciempiés Geofilomorfo consume plantas si no puede encontrar otras fuentes de alimentos y las especies más grandes de ciempiés pueden alimentarse de animales pequeños.
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